viernes, 29 de junio de 2012

Una Amante Secreta [Tony Reategui & Tu] ... Hotmantica


Capítulo 12
____, tendida sobre la cama, notaba el movimiento del barco acunándola. Cerró los ojos y pensó en aquel día.
Una parte de ella desearía haber invitado a Tony a su cama, pero sabía que lo correcto era ir despacio. Estaba de acuerdo en que ya era hora de volver a confiar en la gente, pero ya había cometido un error en el pasado al creer que conocía a Joe. Si no aprendía del pasado, no tendría futuro, y no estaba dispuesta a que un hombre volviera a tomarle el pelo.
Se sentía extrañamente cansada, pensó, rodando sobre un costado. También era extraña la sensación de mareo que sentía, pero debía ser por el movimiento del barco. Cerró los ojos y cayó en un profundo sueño.
Se despertó varias horas más tarde. La habitación estaba aún a oscuras y por la ventana se veía la luna reflejada en el mar. Sitió sed. Se puso una bata y se dirigió al mini bar para tomar un vaso de agua.
Cuando volvía hacia su cama, vio que la puerta del camarote de  Tony  estaba entreabierta y que había luz en ella. Con el movimiento del barco, la puerta se abrió más y pudo ver la cama, vacía y sin deshacer.
____ frunció el ceño y miró el reloj. Eran las dos y media, pero a lo mejor en un crucero eso no era tarde. Seguro que estaba en el casino o hablando con amigos en el bar.
Al volver a la cama, la angustiosa sensación volvió de nuevo. Era muy extraño; ella nunca había sufrido de mareos en ningún medio de transporte. Se acostó.
Al despertar, lo primero que vio fue un sol resplandeciente colándose por la ventana. En el horizonte se divisaba una isla con verdes colinas y una costa ribeteada de palmeras y playas blancas. Le pareció tan hermoso que se quedó un rato admirando el paisaje.
Se sentía bien, así que lo de la noche anterior debió ser producto del cansancio. Se puso la bata y se dirigió a la ducha. Fue justo al llegar al baño cuando volvió a sentir las náuseas, sin avisar. Esta vez fue tan fuerte que tuvo que correr para llegar a tiempo, cerrando la puerta tras ella.
¿Qué demonios le ocurría? Como la mañana anterior, la sensación tardó un rato en desaparecer, pero una vez lo hizo, se sintió perfectamente bien.
Se duchó y se puso un vestido azul muy veraniego y estiloso. Tras peinarse y maquillarse, su aspecto era radiante, y casi sentía hambre, así que lo que le ocurría no podía ser muy serio.
Al pasar a la sala la sorprendió ver que el balcón estaba abierto y  Tony  estaba sentado allí tomando una taza de café.

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