sábado, 30 de junio de 2012

Una Amante Secreta [Tony Reategui & Tu] ... Hotmantica

Capítulo 10
Parte 2

-¿Entonces propones que nos rindamos a la química o lo que sea esto? -murmuró ella.
-Sí -él empezó a besarla, primero en la cara y después en el cuello, provocándole un dulce placer-. Deberíamos dejar que esto siguiera su curso y disfrutar el uno del otro.
Por un momento ella se rindió a las sensaciones y unió sus labios a los de él en un beso explosivo y apasionado.
-¿Ves? Es química. Podemos hacer que esto sea una aventura sin ataduras y sin preocupaciones.
Por un segundo, ella deseó lo mismo que él: tener una aventura, ser moderna. Sólo era sexo. Después, cuando la miró a los ojos, sintió pánico al razonar. Podía salir muy mal de todo eso.
-No, Tony. Esto es una locura -dijo, apartándose con firmeza de él-. No quiero complicaciones en mi vida y una aventura con el jefe es una complicación muy gorda. Lo de la noche anterior fue una excepción.
-Ya ha pasado antes -apuntó él-. Y volverá a pasar.
-No volverá a pasar.
Saltó de la cama y se quedó mirando su cuerpo. Tenía un físico estupendo...  Tony  notó que lo miraba y sonrió, provocando que ella se sonrojara.
-Deja de luchar contra ello, _____. Te veré en cubierta para desayunar dentro de media hora, ¿de acuerdo? Allí hablaremos -le dio un beso en los labios y se despidió con un «no tardes».
Cuando la puerta se cerró, a _____ le latía el corazón como si le fuera a escapar del pecho y sus emociones corrían desbocadas por sus venas. Había cometido un error al acostarse con él. Además, estaba demasiado seguro de sí mismo, era demasiado arrogante... Pero muy bueno en la cama. Era muy apasionado y tierno, y a ella le gustaba que le susurrase en la oscuridad sobre lo mucho que la deseaba. Tal vez él tuviera razón y debieran dejarse llevar por aquello de la química y que tal vez el fuego, al cabo de un tiempo, se apagase solo.
Se levantó de la cama. Tampoco le parecía bien tener una relación basada en el sexo. No estaba segura de poder hacerse cargo de la situación
Nada más abrir el grifo se sintió mareada. La náusea la debilitó y tuvo que agarrarse al lavabo y respirar con fuerza. No sabía si iba a vomitar o a desmayarse. Fue un momento horrible que, por suerte, se pasó al cabo de unos minutos.
¿Qué le había pasado? Se preguntó, mirándose al espejo. Tal vez fuera el calor. Se duchó y se uso unos pantalones de lino blanco y una camiseta blanca y negra. Tenía un aspecto estupendo.
Probablemente no hubiera sido nada; le preocupaba más lo que le iba a decir a  Tony  durante el desayuno.
El cubierta hacía mucho calor a pesar de lo temprano que era. _____ fue al restaurante y no vio a  Tony , pero la mesa en la que se habían sentado la noche anterior estaba ahora cubierta por una enorme sombrilla verde, así que tomó asiento.  Tony  llegó poco después con unos pantalones caqui y una camiseta beige. Aún tenía el pelo húmedo de la ducha y estaba fresco y atractivo.
-Lo siento, me he entretenido hablando por teléfono -le dio un beso en la mejilla, un gesto muy íntimo, muy a su pesar.
_____ echó un vistazo a su alrededor para comprobar si alguien los había visto.
-No te preocupes, _____. Aquí no hay nadie y te prometo que no va a salir ningún paparazzi detrás de una maceta.
-Muy gracioso,  Tony  pero si algo de esto llega a saberse en la oficina, puedo prepararme.
-Comprendo tu preocupación -dijo, asintiendo con la cabeza-. A mí tampoco me gusta mezclar el placer y el trabajo.
¿Acaso quería eso decir que había cambiado de idea en lo respectivo a volver a llevarla a la cama? Primero se sintió desilusionada y después molesta consigo misma.
-Entonces estamos de acuerdo en que lo mejor sería olvidamos de este asunto -dijo ella.

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