Buscó en su chaqueta y sacó un fino estuchito marrón.
-Es una cosita que te he traído de Nueva York -ella se inclinó para verlo, pero él no la dejó-. Es un collar. Date la vuelta y te lo pondré.
-No deberías comprarme cosas -dijo ella, sorprendidísima.
-¿Por qué no te iba a comprar algo si quiero? -dijo cerrando el broche-. Déjame verte.
Ella se giró y vio cómo él la observaba admirado.
-Es el toque perfecto.
Debería decirle que no podía aceptar el regalo, que la aventura se había terminado; las palabras le quemaban en la garganta, pero no podía decirlas. Fue hacia un espejo para verse en él. El collar era precioso, de plata con tentáculos en forma de serpiente girando en tomo a una cadena de filigrana.
-Es precioso, Tony, y es muy original, pero no deberías...
-Deja de decir eso, me basta con que te guste. Lo vi mientras caminaba por la Quinta Avenida y pensé que te quedaría muy bien -sonrió-. Es una edición limitada, una copia del collar de una princesa azteca que lo recibió de su amante. Tiene un mensaje secreto. -¿Qué mensaje?
-Tal vez deba susurrártelo en alguna cita -dijo sonriendo y acariciándole el cuello a la altura del collar.
____ deseaba avanzar, decírselo ya, pero no podía acabar aquello. Simplemente, no podía.
Al mirarla, Tony vio las sombras que cubrían sus ojos. Era evidente que estaba sufriendo. Su ex marido le había roto el corazón de verdad, y a veces sus preciosos ojos verdes se llenaban de preocupación de tal modo, que Rick deseaba romperle la nariz de un ****azo a Joe.
-____, no voy a apresurar las cosas, así que no tienes que preocuparte
-Ya lo sé -dijo ella, sintiendo que su resistencia se fundía como nieve al sol.
-Bien -le sonrió-. Entonces deberíamos ir a ver a nuestros invitados. ¿Has echado un vistazo a la lista que te pasé?
El cambio de tono la confundió.
-Sí, la miré esta tarde.
-Pues manos a la obra -y salieron juntos de la habitación.
El capitán y algunos oficiales estaban en la sala del cóctel.
Tony se lo presentó a ____ y éste le contó que llegarían a Grenada, la Isla de las Especias, a las seis y media de la mañana siguiente.
El ambiente era muy cordial y ____ se pasó toda la velada concentrada en saludar a todos los invitados y decir las palabras adecuadas en cada caso. Casi estuvo a punto de olvidar que se había enamorado del hombre que no debía y de convencerse de que las emociones que había creído sentir, eran una ilusión.
-Hola, Demi-dijo él, tomándola del brazo y dándole dos besos en las mejillas con total confianza..
-Hola otra vez -dijo ella, sonriendo con sinceridad.
De repente, todos esos celos volvieron a hacerse una pelota en su estómago.
-____, me gustaría presentarte a Demi Lovato. Ella es mi mano derecha en el día a día en la gestión de algunos negocios. También es una buena amiga.
____ le sonrió y le dio la mano. Era ridículo tener celos de ella, y además era un sentimiento destructivo en el cual no quería caer. Además, la relación entre Karina y Rick ya se había acabado, y ella estaba casada de nuevo.
-
Tony me ha hablado de ti -dijo ella, muy animada-. Creo que espera que te pongas al frente de las nuevas oficinas de Barbados.
-Eso es -. Pero el hecho de que
Tony hubiera estado hablando de ella hacía que se sintiera incómoda. ¿Qué habrían estado diciendo?
____ tomó una bebida de la bandeja que pasó el camarero junto a ellos y buscó a
Tony con la mirada, pero estaba hablando con otra persona.
-¿Entonces vas a aceptar el trabajo? -preguntó Demi. -Aún no me he decidido -respondió ella. -Bueno, trabajar con
Tony es una delicia, aunque es empresario hasta la médula... -Ya lo había notado. -Te deseo buena suerte.
¿Qué quería decir con eso? ¿Acaso la necesitaría? Pero ya no pudo preguntarle porque los invitados empezaron a pasar al salón de baile y de allí al comedor.
La comida estaba deliciosa, pero a ____ le hubiera gustado estar sola bajo las estrellas con él, como la noche anterior, sólo que esta vez no perderían el tiempo hablando de su ex marido.
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